Historia de los valores
El estudio de los valores, conocido como axiología, ha estado presente desde los inicios del pensamiento filosófico. A lo largo de la historia, distintas civilizaciones y corrientes han interpretado los valores de acuerdo con su visión del mundo, su cultura y su momento histórico.
1. En la civilización griega
En la antigua Grecia, los valores estaban profundamente ligados a la política y al concepto del ser humano como "animal político" (zoon politikón), como lo afirmaba Aristóteles. Para los griegos, el ideal de ciudadano era aquel que participaba en la vida pública y actuaba con virtud.
Las virtudes eran consideradas valores fundamentales, como la justicia, la templanza, el valor y la sabiduría. Estas cualidades definían al buen ciudadano y al hombre sabio. Platón y Aristóteles desarrollaron una ética basada en la búsqueda del bien supremo (el bien en sí mismo), lo que hoy podríamos considerar como un enfoque objetivo de los valores.
2. En la civilización grecorromana
Con la expansión del Imperio Romano, los valores adquirieron un nuevo matiz. El valor personal, en esta época, se asoció al coraje y al honor del guerrero que luchaba por su patria.
La figura del soldado y del líder militar valiente encarnaba los ideales romanos. Se exaltaban valores como la lealtad, la valentía, la obediencia, y el sacrificio por la nación. Aunque todavía influenciados por la filosofía griega, estos valores tenían una dimensión más práctica y política, centrada en la construcción y defensa del imperio.
3. En la tradición cristiana
Con el auge del cristianismo, especialmente durante la Edad Media, los valores tomaron un giro hacia lo espiritual y lo moral. Se destacaron el amor al prójimo, la humildad, la compasión, el perdón y la esperanza.
A pesar de las persecuciones y dificultades que enfrentaron los primeros cristianos, sus valores se mantuvieron y dieron forma a una nueva forma de vida ética y comunitaria.
En esta etapa, los valores se volvieron más interiores y universales, centrados en la dignidad del ser humano como hijo de Dios. También surgieron las bases para los derechos humanos, al reconocer que cada individuo tiene un valor sagrado por sí mismo.
4. En la modernidad
Durante los siglos XVII al XIX, con el surgimiento del pensamiento moderno, se comenzó a cuestionar la objetividad de los valores.
Filósofos como Thomas Hobbes propusieron que los valores eran producto de las pasiones humanas. Para Hobbes, lo que una persona considera bueno está determinado por su deseo o apetito, y lo malo por su aversión. Es decir, los valores no eran universales, sino que dependían de las percepciones individuales. Esta visión da origen a la teoría subjetiva de los valores.
Este pensamiento se profundizó más adelante con autores como Nietzsche, quien criticó los valores tradicionales (especialmente los cristianos) y propuso una transvaloración, donde el individuo crea sus propios valores según su voluntad de poder.
5. Siglo XIX y teoría de los valores
A finales del siglo XIX, con los cambios sociales y económicos de la Revolución Industrial y el auge del capitalismo, la discusión sobre los valores tomó más fuerza.
Fue entonces cuando surgieron dos grandes corrientes filosóficas sobre los valores:
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Teoría subjetiva: plantea que los valores son creaciones del sujeto. Su validez depende de la experiencia, el interés o la emoción del individuo. Entre sus representantes están Bentham, Russell, Meinong y Nietzsche. Esta postura lleva a pensar que cada persona puede tener sus propios valores, lo que puede generar una crisis moral, al no haber consenso sobre lo que es valioso.
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Teoría objetiva: defiende que los valores existen independientemente de la percepción humana. Son ideales universales, inmutables y racionales. Filósofos como Hermann Lotze, Franz Brentano y Max Scheler son defensores de esta postura. Según ellos, los valores pueden ser descubiertos por la razón y compartidos por toda la humanidad, lo que permitiría alcanzar acuerdos éticos y sociales.